El TDAH se caracteriza fundamentalmente por dificultades para mantener la ATENCIÓN (resistirse a las distracciones) y CONCENTRARSE (fijarse en pequeños detalles, o mantener la atención un tiempo), por HIPERACTIVIDAD (inquietud excesiva) e IMPULSIVIDAD. Estas dificultades deben haber estado presentes de forma clara desde la primera infancia y en los diferentes ambientes en los que se desenvuelve la persona (casa, colegio, calle).
Los síntomas claros y evidentes de LA HIPERACTIVIDAD son:
- Movimiento constante, se mueven las manos y los pies, nos levantamos frecuentemente de la silla...
- Corremos y saltamos en situaciones inapropiadas Trepamos, y vamos impulsados como con un motor. En la adolescencia, probablemente, no nos comportemos así, pero esa hiperactividad se convierte en interna ( tenemos mucha ansiedad e hiperactividad interna)
- Hablamos demasiado e interrumpimos las conversaciones. Respondemos antes de que terminen las preguntas y cambiamos de un tema a otro frecuentemente.
- Tenemos dificultad para respetar nuestro turno.
- Tocan cosas que no deben, molestan, entorpecen los juegos...
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